Lactancia: una historia de realización personal

Mi familiaQuiero contar mi testimonio de lactancia materna y como cambió mi forma de pensar en la maternidad y crianza con mi primer y segundo hijo, y sobre todo la realización personal que tengo en mi vida en este momento.

Hace 4 años tuve a mi primer hijo (Alejandro), hice el curso de preparación al parto, falte a la clase de lactancia materna porque había un partido de futbol que mi esposo y yo queríamos ver y pensé “ya se lo que tengo que saber del parto, que es lo mas difícil, la lactancia es nada mas poner al bebé a mamar y listo”, cuando Ale nació por cesárea (después de 12 horas de labor sin dilatar y mucho nerviosismo) lo llevaron lejos de mi y cuando ya yo estaba bien, mas o menos 1 hora después,  me lo trajeron, lo cargue y al rato empezó a buscar teta y lo puse a mamar, fue la cosa mas difícil que tuve que hacer en mi vida, el bebé se revolcaba, lloraba, no cogía la teta, tenía 3 enfermeras encima de mí agarrándome las tetas y pegando a Ale, a brincos y saltos mamó, al día siguiente ya en mi casa, solos mi esposo y yo la cosa se puso más difícil y Ale lloraba y lloraba y yo lloraba con él, me dolía la espalda, los pezones rotos y sobre todo y tenía una terrible sensación de derrota, a brincos y saltos seguí dándole pecho, a la semana cuando lo lleve al tamizaje había perdido 600 gramos y el pediatra me dijo que teníamos que poner atención a la lactancia, que algo no estábamos haciendo bien y que se lo llevara en 3 días, así fue y había perdido 100 gramos más, y yo más derrotada me sentí, empecé a sacarme leche y dársela en beberito y como así si se la tomaba seguí haciendo eso, yo estaba agotada ya que el tiempo que Ale dormía yo lo dedicaba a sacarme leche y cuando estaba despierto a dársela, por lo que yo prácticamente no dormía, seguía ofreciéndole pecho y a veces lo agarraba si no era así le daba el beberito, para no hacer largo el cuento la situación me consumió y al mes de nacido Ale pesaba 100 gramos menos de lo que había pesado al nacer, y le empecé a dar fórmula, me dejé vencer. En eso momento hubo mucha gente cerca de mí pero me faltó buscar a la gente adecuada, no porque la que estuvo cerca tuviera mala intención ni mucho menos, si no que debí buscar profesionales que me ayudaran como un pediatra pro lactancia, un asesor en lactancia, la liga de la leche o algo.

Cuatro años después en enero de este año nace Mónica, mi segundo angelito, desde que me di cuenta que estaba embarazada me mentalicé positivamente y con muy buena vibra de que esta vez si se iba a poder, me asesoré, fui a su charla de lactancia en previda, leí cuanto artículo pro- lactancia y pro- humanización del parto me encontré, cuando encontraba algo que pudiera crear alguna negatividad al respecto lo alejaba de nosotros, leí  muchos libros y me acerqué a mujeres que habían tenido muy buenas experiencias en lactancia materna y escuché sus palabras (sabias palabras). Cuando Mónica nació por cesárea, le pedí al médico que no me sedara, ya que apenas me cosieran quería tener a Mónica conmigo con la intención de darle teta de una vez y así fue, Mónica nació a las 9:00 am y a las 9:30 am estaba mamando, se pegó de la teta y hoy 3 meses después sigue ahí pegada, nació con 4120 gramos de peso y 52 cm de talla y hoy pesa 7400 gramos y mide 66 cm, solo tomando leche de mamá, puedo decir que la lactancia es la más maravilloso del mundo, si se puede, las mamás somos seres maravillosos capaces de que con nuestro ”oro líquido” hacer crecer y estar saludables a nuestros hijos. 

Hay que rodearse de gente positiva que te ayude con el proceso de la lactancia, es cierto no es fácil, pero es una de las cosas más maravillosas del mundo.

Un abrazo,

Marcela Padilla    

2 Responses to “Lactancia: una historia de realización personal”

  1. Ligia says:

    Yo tuve un comienzo duro en lalactancia de mi hija. A pesar de haber tomado el curso de preparación para el parto y de haber recibido técnicas de cómo posicionar a mi bebé, la verdad es que cuando uno es madre por primera vez todo es nuevo y de lo dicho al hecho hay buen trecho!
    A los dos días de haber nacido Maripili ya mis pechos estaban agrietados y sangrando. Probé todo tipo de cremas pero nada me sanaba las heridas. Mi hija tiene una mordida fuerte y para colmo la pesonera de latex me arrancó la sima del pezón del pecho derecho.
    Estuve 3 días sacándome la leche de ese pecho con el estractor. Luego volví a ponerla para que no se acostumbrara al chupón, pero mis pechos aún estaba heridos. Cada vez que ella mamaba yo lloraba. La boquita le quedaba llena de sangre y leche.
    Luego de un mes de medio de sanar y volverse a romper, una amiga me regaló la Kamilosán que le había sobrado del nacimiento de su niña (por cierto para cuando Maripili nació ya estaba descontinuada, lastimosamente). Esta crema milagrosa me terminó de sanar el pezón y por fin pude darle normalmente.
    Hoy once meses después, me alegro tanto de haber perseverado. Ha sido uno de los mejores regalos que pudiera darle a mi hija, para el resto de su vida e irónicamente no me costó nada económicamente!
    Incluso siendo madre trabajadora, yo tomo 20 minutos en la mañana y en la tarde para extraer lechita para dejarle al día siguiente , de modo que no se me seque, para seguirla amamantando en la noche y madrugada que tanto nos ayuda, no tener que preparar chupones a esas horas!
    Uno no sabe qué tanta fuerza tiene hasta que no pasa por una prueba dura, que le haga sacar fuerzas de donde sea, siempre enfocadas en el objetivo y en el amor con que se hace!
     

  2. Ingrid says:

    Muchas gracias Ligia por compartir tu testimonio también!!
    Muchos saludos
    Ingrid

Leave a Reply