¡Se me secó la leche!
Alrededor de la sexta semana o un poco antes, es común recibir la típica llamada de las mamás que inicia de la siguiente manera: Creo que la leche se me secó, dicen con un nudo en la garganta.
¿Por qué las mamás que alimentan exclusivamente con leche materna a sus hijos pueden sospechar semejante cosa? Muy simple, ya no sienten que los pechos se explotan.
Las nuevas mamás se sienten tranquilas y orgullosas mientras sus pechos se noten abultados, pesados y “llenos”. Si la leche sale y sale sin parar, todavía mejor. Dejar la cama empapada, aunque incómodo, le da a la madre la sensación de súper productora de leche.
La producción de leche en las primeras semanas podría ser irregular. Después de la bajada de la leche podría haber más de lo que el bebé necesita.
Cuando el estímulo del bebé es constante y la alimentación es a libre demanda el sistema mamario logra que la madre produzca exactamente lo que su bebé necesita. En otras palabras, la cantidad de leche en cada toma está mediada por varias hormonas que si son estimuladas correctamente por la succión del bebé la oferta de leche será igual a la demanda. El resultado de lo anterior son pechos suaves, sin sensación de dureza o llenura. Es en este momento que la mamá se asusta y sospecha que ya no tiene suficiente leche.
La congestión mamaria puede causar incomodidad y dolor y para evitarla lo ideal es no intervenir dentro de lo posible en este perfecto equilibrio succión-producción. El uso del extractor de leche (en las primeras semanas) o la sustitución de algunas tomas con leche artificial (durante todo el periodo de lactancia) va a "enredar el sistema" y se puede afectar este proceso perfecto y exacto que asegura una producción de leche óptima.
Gracias a www.flickr.com/photos/chrisdlugosz por la foto
Hola, existe la posibilidad que esto de no sentir los pechos llenos y cargados suceda en la segunda semana?