Un inicio difícil, un final feliz!!
Mientras esperaba el nacimiento de mi hijo Leonardo, como toda madre primeriza, empecé a buscar información sobre todo lo relacionado con el embarazo y cuidados del bebé.
En esos meses mi mayor preocupación era la lactancia, estaba decidida a darle de mamar a mi hijo, por lo que acudí en compañía de mi esposo a una consulta prenatal en Lactanza. Esto nos ayudó a entender aún más sobre la importancia de la leche materna.
Sin embargo, en el camino me topé con más “contras” que “pros” con relación a dar de mamar. Recibí comentarios como: “Te va a doler montones”, “no a todas nos sale leche de nuestros pechos”, “los pezones se te van a despedazar”, “te sacan las lágrimas del dolor”. Los escuché en repetidas ocasiones: pero aún así, me mentalicé en que yo podría lograrlo y que era la mejor decision que habíamos tomado mi esposo y yo. ¿Por qué su esposo? ¿acaso él podrá amamantar a su hijo?, pues aunque la respuesta es “no”, si es importante tener el apoyo de tu pareja a la hora de amamantar, pues en eso radica el éxito de una lactancia efectiva.
Debo decir que el comienzo no fue nada fácil, -después de una cesárea programada por un cuadro ginecológico que no daba opción a un parto natural- ansiosa veía pasar los minutos en la sala de parto y pedía que me entregaran a mi hijo, pues ya sabía que mientras más durara el tiempo de separación, más dificil para el bebé agarrar el pecho. Me entregaron al bebé después de una hora de nacido; ahí empezó lo dificil, yo tenía los pezones invertidos y mi hijo no succionaba, las enfermeras me presionaban diciendome que tenía que darle formula para que no le diera una hipoglucemia, pues el bebé tenía hambre y no me salía leche, yo no quería, pero en determinado momento el pediatra recomendó que lo hicieramos; fueron 2 días estresantes, sin embargo, con ayuda de mi esposo y una vez sola en casa, a mi ritmo, al tercer día todo empezó a mejorar.
Actualmente Leonardo tiene 6 meses y medio, es un bebé con un peso excelente, alimentado durante sus primeros 6 meses unicamente con leche materna; estamos iniciando su proceso de ablactación en donde la leche materna sigue siendo lo principal para nosotros. Ahora me topo con nuevos comentarios, que la leche materna ya no es saludable ni necesaria después de los 6 meses y menos después del año, para mí no puede ser mejor la leche de formula, que aquella que produce mi cuerpo, aunado al vínculo que tengo día a día con mi hijo, ese momento que es solamente nuestro, en el que puede seguir escuchando mi corazón latir, al igual que durante los 9 meses que estuvo en mi vientre y es que sí mi cuerpo sigue produciendo leche, por qué negarle a mi hijo ese privilegio, la oportunidad de transmitirle defensas y nutrientes exclusivos para él.
Hoy 6 meses y medio después, me siento orgullosa de ver que lo logré y de que ese vínculo entre nosotros dos, es el mejor regalo que le puedo brindar a la salud de mi hijo.
Francela