Dar de mamar durante el embarazo (Testimonio)
Por Scarlett Murillo.
Soy nutricionista, por lo tanto sabía bien la importancia de alimentar a los bebés con leche materna en forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida.
Cuando quedé embarazada de mi primer hijo tenía dos metas bien claras, que naciera por vía natural, aunque me arrepintiera en el proceso, así como darle de mamar a toda costa.
Cuando el milagro del nacimiento sucedió, la leche bajó en ese mismo instante y mi hermoso niño tomó el pecho sin ningún problema. La cama amanecía empapada de leche porque resulté ser muy buena para la producción.
Por supuesto que los pezones se me abrieron y cada vez que mi niño lloraba por hambre, lloraba yo al saber que tendría que ponerlo a mamar, el dolor era insoportable, pero su cercanía me hacía soportarlo. Sentir su cuerpito caliente junto a mí, pasar hasta una hora sentada sin hacer nada más que disfrutar su presencia, sabiendo que de mi cuerpo salía el alimento perfecto que lo mantenía vivo, no puede describirse, se debe vivir.
Aunque mi meta era llevar la lactancia hasta los dos años, cuando mi hijo tenía once meses de edad, quede nuevamente embarazada y empezó el verdadero suplicio. No sólo tenía que soportarme yo pensando cómo haría con dos bebés, sino a la demás gente criticándome por estar embarazada tan pronto y principalmente porque me negué a retirarle el pecho de inmediato, a pesar de que me pronosticaron que abortaría al igual que las vacas.
Seguí amamantando a mi bebé hasta que cumplí cinco meses de embarazo y gracias a Dios no costó nada retirarle el pecho.
Cuando el milagro del nacimiento sucedió por segunda vez, volví a vivir la misma satisfacción de dar el pecho a un pedacito de mi alma, pero esta vez el placer fue mayor, no sólo porque ya no sufrí los dolores de la primera vez, sino porque mi primer hijo, el orgulloso hermano mayor, se sentaba a nuestro lado y disfrutaba de la compañía de su hermanito mientras yo disfrutaba y daba gracias a Dios por la vida y la perfección de mis hijos.
Nunca he disfrutado nada en la vida como esos momentos tan íntimos con mis dos maravillosos hijitos, lo único que ahora se puede comparar a ello es acurrucarnos en el sillón o la cama a ver su programa de TV o película favorita todas las noches, después de bañarlos, darles de cenar y alistarlos para dormir.
gracias www.flickr.com/photos/silvaliya/ por la foto
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Mi experiencia fue diferente. Tenía mi hija mayor, Mariana, 11 meses cuando supe que estaba embarazada. Para nosotros fue una gran sorpresa porque creíamos que dando de mamar, la posibilidad de quedar embarazada era mínima. El ginecólogo nos dijo que tenía el folículo más del doble del tamaño normal, porque tenía que producir muchísima hormona del embarazo para proteger al feto, ya que la hormona para producir leche (oxitocina) es abortiva. Pues ni modo, dejé de darle lechita a Mariana. Sin embargo ahora me lamento porque cuando supimos que estaba embarazada casi tenía 3 meses de embarazo! Ya había pasado el riesgo de aborto! Así que bueno, nosotros lo vimos de la siguiente manera: no importa cuándo uno planee tener los hijos, ellos vienen cuando Dios lo tenga dispuesto. Mi cuerpo estaba tratando de proteger a mi bebé (Daniela) a toda costa, produciendo mucha hormona, trabajando el doble, ya que en contraposición estaba produciendo hormonas para producir lechita para Mariana. Por dicha la cantidad de lechita que le di a Mariana parece haber sido suficiente, aun cuando no le di hasta los 2 años, porque es una niña fuerte como un roble! Si en el kínder le logran pegar una gripe, sólo le dan moquitos y ella se los limpia con la suéter para poder seguir jugando porque es muy activa. A diferencia de Mariana, Daniela nació por cesárea porque estaba bien sentada (estaría cansada? Jejeje) y a pesar de que por protocolo en el Hospital México le entregan a uno al bebé hasta 12 horas después del parto, yo la esperaba ansiosamente para darle su lechita. No me explico porqué no le dan a uno al bebé inmediatamente si uno está como decimos los ticos “pura vida”, y en vez de eso le tienen que dar leche de tarro mientras pasan las largas horas… pero por dicha salió comelona como su hermana y a penas me vio pareció reconocer mi voz y buscó la teta con desesperación. Ella sollozaba y yo con ella…. Fue una LARGA espera…. Ahora tiene 1 añito y todavía le doy teta, a ella le encanta…. Y a mi también! Porque Daniela es una vagabunda y todavía mama de noche, y no me imagino bajar las gradas para esterilizar chupones, calentar agua, mezclar la leche y subir para darle…. Mientras eso ocurre seguro con sus gritos me despierta a la Mariana de paso! No, en cambio yo la escucho cuando se despierta y le doy pecho, ella se duerme como angelito y yo con mis tetas vacías puedo dormir mejor. Que cuánto le pienso dar? Dependerá de ella! Yo no pude tomar lechita porque a mami le dio mastitis, pobrecita! Pero a mis hermanos sí pudo darles y ellos crecieron fuertes, nunca se les pegó ninguna enfermedad ni padecen de nada. Pero bueno, viéndolo del lado positivo mi lechita le pasa los anticuerpos de las mil enfermedades que tuve de niña, la protejo de la herencia de asma y alergias porque yo padezco de eso, y me sale gratis! Así que bueno, bendito Dios que nos dio tetas!!!!
Saludos,
Priscilla.
Hermosas historias! Tengo un bebe de un año y siete meses y aun mama y pretendo darle hasta cuando el ya no quiera mas, ahora estoy embaraza y me estoy informando mucho para no quitarsela y poder seguir amamantando a Matias….Adoro sentirlo cerquita y quiero continuar este proceso por mucho tiempo mas. o bien hasta que Matias quiera….! y mi otro bebe que viene en camino tambien….
Mucha suerte con tu lactancia en tandem!!